miércoles, 13 de octubre de 2010

Todos somos Luz...




La ya ciencia ha aceptado que además de materia, los seres humanos somos energía. A esa energía la llamamos luz.

Nuestro ser lumínico se forma con trillones y trillones de unidades de luz que podemos ir integrando cada día de nuestra vida para crecer o evolucionar… Claro que la mayoría de las persona no le da crecimiento a su ser luminoso y estanca su evolución porque así como le entra energía por un lado le sale por el otro impidiéndole almacenarla para hacer crecer su luz interior.

Todos, todos los seres humanos somos luz en mayor menor medida. 

Supongamos que somos una linterna ¿Qué es lo que diferencia una linterna de otra? Además de sus características externas (apariencia) es su capacidad de generar luz, hay linternas que tienen muy poco alcance y otras que alumbran a kilómetros…

La luz no nos la regalan, debemos trabajar bastante duro por ella.

Nuestra luz es esa esencia divina que todos llevamos dentro pero que la mayoría no es consciente de ello. Cada ser encarnado en este planeta lleva en sí mismo esa chispa que tiene como  misión hacer crecer.

Es así como debemos desarrollar al máximo nuestro potencial luminoso para poder irradiar en todas direcciones.


La luz es magnética y atrae e impulsa a otros a la dirección del espíritu. La luz es nuestro espíritu, nuestro SER que desgraciadamente muchas veces no llegamos a desarrollar…
 Si lo que quieres es brillar, iluminar a toda la humanidad para ayudar a otros a que también brillen, primero debes juntar mucha luz.
 Vivimos en un mundo en que la virtud está en la quietud, lo inamovible… aquello que no valora el cambio y es por eso que la gran mayoría de los portadores de la luz no le dan crecimiento a su luminosidad y permanecen con su chispa casi intacta que al momento en encarnar en este planeta. Esto me recuerda la parábola de los talentos que relató el Maestro Jesús y que te enseña como debes, multiplicar y hacer crecer esos "talentos" que te dejaron en custodia.
 

La luz es conciencia pura y por eso es importante que le permitamos el desarrollo porque no importa cuán jóvenes, bellos, inteligentes, populares, adinerados o famosos seamos, si no tenemos conciencia (luz) seremos simples seres opacos, sin brillo y lo mismo sucederá con nuestras obras o acciones, porque en cada una de nuestras creaciones queda impregnada nuestra esencia, nuestro magnetismo, nuestra luz…


No te estanques ni limites tu evolución. Avanza en este camino de crecimiento  que todos vamos haciendo al que llamamos vida. Recuerda que nuestra única misión es hacer crecer la luz que llevamos dentro y con tantas distracciones terrenales, la hemos olvidado…


Vamos Ahora… caminemos hacia la luz…   


Me®

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Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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