jueves, 1 de julio de 2010

Eternos sembradores…



Siempre me sorprendo de aquellas personas que esperan cosechar deliciosas uvas cuando lo que sembraron fueron unos desabridos zapallos… y es absolutamente metafórico porque me refiero a quienes esperan que se les de amor, confianza, gratitud o amistad cuando lo que ellos han dado ha sido lo opuesto o algo muy distinto.

La vida es como una gran campo donde podemos crear nuestro huerto. Seleccionamos las semillas que usaremos y las depositamos en la tierra brindándole todos los cuidados necesarios para que broten las hierbas que queremos disfrutar… sería raro que sembraras papas, tomates, maíz y cosecharas porotos, zanahorias y repollos… Sí, sería bien raro… Pero en la vida es justamente lo que hacemos… Vamos sembrando por ahí cosas que no son de nuestro agrado y esperamos cosechar solo lo que nos gusta. Y eso es porque no estamos suficientemente despiertos –conscientes– como para darnos cuenta y asumir la responsabilidad de que nuestra cosecha energética es producto de nuestra siembra y vamos culpando a los demás, a la vida, al cruel destino y hasta a Dios y todo lo que provenga de afuera… La culpa está allá… en otro.

Asumir que somos sembradores energéticos es parte de nuestro proceso de evolución. Es volvernos conscientes de que con cada pensamiento, con cada palabra y con las acciones estamos lanzando semillas al Universo que algún día germinarán y darán los frutos de una cosecha…

Por eso si te estás preguntando el porque de tus fracasos, el porque de tu soledad… si te quejas de la pobreza, si no te sientes querido es hora de revisar todo lo que has sembrado hasta ahora… Y lo bueno es que siempre, en cualquier momento tú puedes cambiar tu siembra por otra que si sea de tu agrado.

Siempre, en cualquier época del año, cualquier día, a cualquier hora y en todo lugar, con todas las personas puedes sembrar simpatías, alegría, amistad, compasión, afecto, lealtad, apoyo, cariño, gratitud, risas, incondicionalidad, paz, amistad, amor, impecabilidad… y todo lo que anheles ver reproducido en tu vida…

Se consciente desde ahora de lo que estás sembrando con cada pensamiento, con cada palabra, con tus sentimientos y con tus acciones –incluso las más mínimas– porque todo es parte de tu huerto energético y tarde o temprano cosecharás tu siembra…

Recuerda que siempre estás sembrando y por eso pon atención a cada una de las semillas que estás poniendo en tu huerto…

Así que si tu entorno carece de abundancia, de amor, de amistades, de éxito, de alegría y de felicidad va siendo hora de que empieces a sembrarlo para poder recibir esa cosecha…

Entonces… ¿Qué decides sembrar?

Te deseo una buena siembra y una abundante y feliz cosecha…

Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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